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Autoprotección de los niños y las niñas

Olga Liliana Suárez Díaz

Fonoaudióloga – Esp. en Comunicación Organizacional – Puericultora / Diciembre 20 de 2018

Brindar seguridad a los hijos es un deseo y una necesidad en la crianza. Los niños y adolescentes se ven expuestos a diversos riesgos que pueden ir desde pequeños accidentes, hasta asuntos de mayor gravedad como situaciones de violencia, explotación y discriminación, que dejan secuelas físicas, psicológicas y afectan el goce de sus derechos.

¿Los niños y adolescentes tienen riesgos?

Los riesgos tienen relación con la edad, el género, la pertenencia a un grupo étnico, y la condición física o social. También con las características de la familia y el lugar donde viven. Ser hombre o mujer, pertenecer a una comunidad indígena, vivir en una calle de gran tráfico vehicular o vivir en el campo; crecer en sectores de alta pobreza o riqueza, o de conflicto armado, o en zonas de alto riesgo geológico, lleva a riesgos diferentes.

¿Por qué es importante la autoprotección?

Los adultos son responsables de la protección de los niños y las niñas bajo su cuidado. Para protegerlos, deben conocer y comprender los riesgos en sus entornos y actuar para prevenirlos. Sin embargo, empoderar a los niños, niñas y adolescentes hacia su autoprotección, ayuda a mitigar los riesgos que afrontan sin hacerlos responsables de su propia protección y sin eximir a los adultos de su responsabilidad.

¿Qué es la autoprotección?

 Quiere decir, que los niños y adolescentes en la medida de las posibilidades de su desarrollo,  pueden, con el acompañamiento de adultos responsables, identificar los riesgos que tienen en su familia, comunidad, escuela o territorio: riesgos de accidentes, vulneración de sus derechos, riesgos de origen natural: inundaciones y deslizamientos; riesgos sociales: adicciones, embarazo adolescente;  maltrato: abuso y explotación sexual, trabajo infantil, y el uso, utilización y reclutamiento por grupos armados ilegales.

¿Cómo promover la autoprotección?

  • Considere la edad de los niños y las niñas y sus capacidades. Identifique sus riesgos. Ajuste el lenguaje que debe usar para acompañarlos hacia la autoprotección. Fomente el conocimiento de los riesgos y cómo actuar ante estos.
  • Promueva en ellos el conocimiento sobre sus derechos y el que se reconozcan como sujetos de los mismos: deben identificar los derechos en su cotidianidad, quiénes son responsables de garantizarlos, cuáles las posibles vulneraciones, cómo actuar y a quién o a dónde recurrir en caso de vulneración, es decir, su exigibilidad. Este conocimiento incluye también, educarlos para el ejercicio responsable y la comprensión de sus deberes correlativos.
  • Brinde un ambiente de confianza y seguridad para que recurran a los adultos en caso de algún evento. Siempre deben contarle a un adulto de confianza cualquier situación que los incomode o afecte.
  • Acompáñelos en el conocimiento de los posibles riesgos presentes en su entorno, lugares y actividades peligrosas en el hogar o en la calle, perderse en un centro comercial, cruzar la calle, hablar con desconocidos, ir solos a la piscina. Hábleles del abuso sexual. Pregúnteles cómo actuarían ante situaciones hipotéticas y construya con ellos soluciones adecuadas.
  • Apoye la toma de conciencia del cuerpo como un territorio privado, que se debe amar, respetar y proteger. Ninguna persona debe tocar su cuerpo de manera inapropiada, aunque sea un pariente.  Según la edad, reflexione de forma crítica sobre prácticas de discriminación y exclusión: por la obesidad, por el color de la piel, por los cuidados y hábitos; hable sobre prácticas que ven al cuerpo como mercancía y a la mujer como objeto sexual.
  • Fomente el desarrollo de habilidades para la vida en la cotidianidad, como la gestión de las emociones, ponerse en el lugar de otro (empatía), la resolución dialogada de conflictos, la toma de decisiones, saber decir “NO” y las buenas relaciones interpersonales. Estas habilidades mitigan los riesgos. Por ejemplo, la gestión de las emociones ayuda a evitar involucrarse en pleitos; saber decir “No”, tiene impacto en el inicio temprano de la sexualidad, el consumo de drogas y la prevención del abuso sexual.
  • Propicie ambientes promotores de la pluralidad (donde concurren y se reconocen la diversidad de opiniones y de condiciones humanas) y el respeto por la diferencia.  Enséñeles a valorar y respetar la diferencia y particularidades propias de cada persona, a valorar la diversidad cultural, las tradiciones y las costumbres propias y ajenas. A respetar las opiniones y creencias diferentes.
  • Promueva el sentido crítico y reflexivo sobre el género, entendido como los roles “femenino” y “masculino” y las relaciones entre hombres y mujeres. Promueva relaciones de igualdad, complementariedad y respeto entre niños y niñas, hombres y mujeres.
  • Procure que tengan conocimiento básico de los riesgos de origen natural existentes en su entorno, que pongan en peligro la vida: deslizamientos, inundaciones, o contaminación. Participe con ellos en la prevención, por ejemplo, cuidar las cuencas, arborizar, saber cómo actuar en caso de emergencia o desastre.
  • Finalmente, promueva uno de los más importantes principios y derechos que favorecen la autoprotección: la participación, que reconoce a los niños y adolescentes como ciudadanos capaces de proponer soluciones, de opinar, debatir y cuestionar, participar y aportar al cambio. Los niños y adolescentes deben aprender a participar de manera responsable. Deben ser escuchados sobre los riesgos que los afectan, sobre sus necesidades, sobre sus propuestas de solución y sus opiniones deben ser tenidas en cuenta.

LECTURAS RECOMENDADAS

Diner, M. Chicos Felices: Como Vivir una Infancia sin Riesgos. Centro De Prevención Interdisciplinario del Abuso Infantil. 2015

Suárez, Olga. Habilidades para la vida. En Posada Á, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. Medellín: Editorial Médica Panamericana; 2015: 476 – 483)

UNFPA, PNUD, UNICEF y ONU Mujeres. (2012). Ampliando   la mirada: la integración de los enfoques de género, interculturalidad y derechos humanos en la programación para el desarrollo. Recuperado de http://www.onu.org.mx/wp-content/uploads/2015/11/AmpliandolaMirada.pdf

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