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Cuentos, rondas y canciones. A propósito de la literatura infantil.

Olga Liliana Suárez Díaz

Fonoaudióloga – Esp. en Comunicación Organizacional – Puericultora / Marzo de 2019

Acercar a los niños a las palabras, es acercarlos a la literatura. La literatura son libros y mucho más. Incluye las canciones (nanas), los arrullos, las rondas, los trabalenguas, las adivinanzas, los juegos callejeros, la poesía, el teatro, los cuentos, que tienen como único fin el disfrute. También es acercarlos a las expresiones de afecto y a las caricias que van unidas a las palabras.

La literatura es considerada uno de los pilares del desarrollo infantil. Estimula la imaginación, la creatividad, el reconocimiento de las emociones propias y ajenas, es reparadora cuando los niños se identifican con situaciones similares a sus vivencias. Además ayuda al fortalecimiento de vínculos afectivos con sus cuidadores.

¿Cómo elegir los libros, las canciones, las rondas?

La edad de los niños determina el tiempo de lectura y las características de los libros: el material en qué están elaborados, la extensión de los textos, el lenguaje claro y sencillo que puedan comprender, las ilustraciones y el tamaño de la letra. Para los más pequeños, materiales resistentes, más ilustraciones que texto, letra grande y sólo palabras o textos cortos.  A medida que crecen, aumentan los textos, y disminuye un poco el tamaño de la letra.

Considere siempre el interés y la opinión de los niños al elegir el tema y la hora de la lectura. No imponga su criterio, haga propuestas. Acepte cuando dicen “no quiero leer” o “no me gusta ese libro”.

Gestación – 12 meses de edad

Desde la gestación, podemos comunicarnos con los hijos por medio del canto y los arrullos, una forma de caricia a través de la palabra, que debe persistir después del nacimiento.

La voz, la musicalidad del lenguaje, los gestos, las caricias, el rostro y el cuerpo de los padres son el primer libro de los niños. Disfrutan cuando les hablan, imitan sus gorjeos, les cantan nanas, canciones de cuna y arrullos; les dicen retahílas y poesías mientras los acarician. También con  los juegos corporales como mecerse y palmotear. Ej: arepitas de pan tostao.

Libros en materiales  resistentes como cartón, hule, o tela, livianos, de fácil manipulación. Usualmente no existe una secuencia entre cada una de las páginas.

Desde los 12 meses

El contacto con la literatura es básicamente oral.  Toda expresión de afecto con la que aprenden a leer el mundo a través de las palabras: las conversaciones, los cantos asociados a juegos corporales (mecerse, palmotear).  A los 12 meses se mueven constantemente, lo cual no es un impedimento para hablarles, cantarles y jugar. Los libros son un juguete más para explorar, para llevarse a la boca.

Les gustan las canciones, las nanas, el tarareo, las retahílas, las repeticiones; las canciones que pueden asociar a gestos. Las historias cortas cotidianas como una ida al parque, los libros leídos por los padres, los libros de imágenes familiares (animales, ropa, alimentos), con texturas, sonidos y objetos.

Libros en materiales resistentes. Libros sin palabras, solo ilustrados. Libros de historias cortas: la visita al abuelo.  

Desde los 3 años

La edad de los ¿por qué? Piden que les relaten o lean historias. Disfrutan leyendo solos o fingiendo leer. Describen lo que pasa en los cuentos. Les gusta representar personajes, repetir juegos de palabras. Disfrutan viendo las imágenes de los libros a medida que se los narran, o inventando historias en libros sin palabras. Si les piden que lean un cuento, lo harán describiendo las imágenes.

Les gustan las poesías, las fábulas, los cuentos cortos, que puedan acompañar con mímica y representación, las adivinanzas, las rimas, los trabalenguas, las rondas con palmoteos y saltos.

Libros ilustrados, libros para encontrar personajes escondidos, para organizar secuencias; las historias graciosas, absurdas; las que describen animales, profesiones, momentos de la vida cotidiana o situaciones difíciles como la separación de los padres, la llegada de un hermanito.

6 años en adelante

Hablan sobre los sucesos del día. Les gusta conversar, que les lean en voz alta, que les narren historias de su familia. Es el momento de aprender a leer y escribir en la escuela. La actividad de lectura en casa tiene como fin el disfrute, no es una actividad escolar. Hasta los 9 años les atraen los personajes y lugares imaginarios y mágicos: sirenas, duendes, gnomos y gigantes. Sienten temor por lo sobrenatural.

Disfrutan los libros ilustrados, con más texto. Les atraen las historias de fantasía, las fábulas, las historias divertidas con humor e ironía, que desafían la norma; las historias de aventuras; se interesan por conocer sobre temas específicos: otras civilizaciones, personajes famosos, los dinosaurios, los planetas, cómo nacen los niños. Les gustan los libros de trabalenguas, adivinanzas y chistes.

Desde la preadolescencia (9-12 años) y hasta en la adolescencia, les llaman la atención situaciones de su realidad inmediata, su familia, su comunidad, su país;  la ciencia, la sexualidad, la guerra, la muerte, el odio. Cobran valor las causas sociales, los dilemas y la expresión de sentimientos.

¿Cómo leer con los niños y las niñas?

Léales en voz alta aunque ya sepan leer. Invítelos a leerle a usted algunos renglones si están empezando la adquisición de la lectoescritura. Evite regañarlos por su calidad de lectura. Con su ejemplo y acompañamiento irán progresando. No exija resúmenes ni moralejas, no es una actividad escolar.

Elija un lugar y momento tranquilos, sin prisas, sin interrumpir sus actividades. Ubíquense cómodamente, establezca contacto físico. En lo posible cree rutinas, la hora del sueño puede ser un buen momento de calma.

Hablen sobre el autor y el ilustrador. 

Sea expresivo al leer. Use una entonación diferente para dar vida a cada personaje. Ajuste el ritmo a la historia, lea en voz baja o alta, en forma rápida o lenta, suave o fuerte.

Procure que el niño vea su rostro y sus ojos. Aprenderá a identificar las emociones.

Lean en familia, el ejemplo es la mejor motivación.

Si el libro requiere varias sesiones para ser leído, procure que sean continuas y termine las sesiones en un punto de suspenso.

Es normal que los niños quieran leer muchas veces el mismo libro. Tenga paciencia.

Anímelos a hablar de los sentimientos e ideas que despierta en ellos la historia leída. También comparta los suyos.Poco a poco aprenderán a expresar opiniones y a explicar por qué opinan de una determinada manera.

Hablen sobre el significado de las palabras nuevas para los niños. Poco a poco aprenderán a expresar opiniones y a explicar por qué opinan de una determinada manera.

Si es posible, forme una biblioteca para el niño, con los libros a su alcance. Visite las bibliotecas públicas, muchas tienen salas de lectura infantil con personas entrenadas para acompañar y animar la lectura.

Alimente la curiosidad y la imaginación de los niños con preguntas. Invítelos a hacer preguntas antes, durante y al finalizar la lectura. le dará una idea sobre la comprensión y su interés. Responda las preguntas que le hagan a usted.

Hablen sobre las ilustraciones, describan lo que observan, relaciónelas con el texto

BIBLIOGRAFIA

Acevedo Gaviria, C. P.. (2005). Leo contigo. Comfenalco Antioquia.

Bickart ,T. S., Dodge, D.. (2007). El buen comienzo de la lectura. Lo que pueden hacer los padres durante los primeros cinco años. Ediciones Medici. Barcelona.

Echeverry, M., Mahecha, P. Literatura y desarrollo emocional en la primera infancia. Boletín Crianza Humanizada Nro. 175 de 2018.

Fundalectura. (2011). Leamos con nuestros hijos. Guía para padres con niños de 0 – 6 años.

Leal F.J., Botero D.A., Soto G.E. (2016). Literatura infantil y juvenil. En: Posada Á, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. 4ª ed. Colombia: Editorial Médica Panamericana.

Rodríguez, H., Velásquez, M. (2019). Literatura infantil. Presentación en Reunión Ampliada de Puericultura –RAP. Residentes de pediatría, Universidad de Antioquia.

 

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