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La gestación: inicio del proceso vital humano

Humberto Ramírez Gómez

Humberto Ramírez Gómez – Pediatra puericultor – enero 19 de 2019

Después del encuentro íntimo del hombre y la mujer se da el encuentro del óvulo con el espermatozoide, inicio de una nueva vida humana, la concepción. En este maravilloso momento de la especie humana se conjugan en unión biológica trascendente una pléyade de potencialidades genéticas del padre y de la madre, las que se desarrollan en el tibio y protector ambiente intrauterino para dar, después de 40 semanas, el resultado del maravilloso proceso de gestación, el fruto maduro: el niño recién nacido.

Pero la gestación no solo ocurre en ese microcosmos del vientre materno; también se modifica y adapta todo el cuerpo de la mujer gestante, su mente, su ámbito familiar y social. El esposo o compañero, hermanos, otros hijos (si los hay), padres, abuelos, amigos, vecinos y otras personas cercanas al hogar y al ambiente laboral y social serán influenciados en mayor o menor intensidad por el proceso gestacional.

La crianza humanizada adquiere durante el período de la gestación una trascendencia máxima, pues durante él se sientan las bases biológicas, psicológicas y sociales para la estructuración de una persona y de una familia.

 

Diez reflexiones y recomendaciones para este período fundamental del proceso vital humano:

El vínculo afectivo, punto de partida y base del desarrollo: la relación afectiva entre los padres, y de los padres con el hijo, es fundamental en el proceso de gestación; cimenta el proyecto de vida familiar de la pareja y el personal del hijo por nacer.

Para la pareja, el amor será la fortaleza para afrontar con entusiasmo las necesidades, esfuerzos y adaptaciones que conlleva el proceso gestacional. Para el niño, el afecto es el motor de su desarrollo: con él adquirirá la confianza básica en los adultos y será el aliciente fundamental que estimulará el desarrollo durante su proceso vital.

Una buena alimentación, suministro requerido para la construcción y mantenimiento corporal: una alimentación equilibrada y suficiente de la mujer gestante, brindará los elementos nutricionales requeridos para la salud de su organismo y para la construcción del cuerpo del hijo en crecimiento. 

Hay que comer para dos, pero no comer el doble: aumentar la ingesta de leche, frutas y otros alimentos que proporcionen vitaminas, hierro y otros minerales, sin llegar al sobrepeso. El aumento esperado de peso es de 8 a 12 kilos durante toda la gestación, incluyendo el del niño.

El útero, microambiente natural en el proceso gestacional humano: este órgano femenino, inicialmente del tamaño de una mano,  crece y se desarrolla hasta albergar cómoda y plácidamente un niño a punto de nacer; contiene además,  una placenta órgano nutricio, respiratorio y excretorio fetal, entre otras funciones. Además, el cordón umbilical, que va de la placenta al feto y de este a aquella, llevando y trayendo sangre y, el líquido amniótico, en el que está sumergido el niño protegido contra golpes y cambios de temperatura, entre otros: es el microambiente natural, por excelencia.

Del óvulo fecundado al niño recién nacido, maravilloso proceso vital: el cigoto u óvulo fecundado es de tamaño microscópico (mide 0,01 cm y pesa 0,00002 g) y crece hasta llegar a configurarse como un niño o niña a punto de nacer, que mide 50 cm y pesa 3000 g, para lo cual debe pasar por el período germinal durante dos semanas, el período embrionario durante seis semanas y el período fetal durante treinta y dos semanas más.

Es la época de más rápido proceso de crecimiento y desarrollo del ser humano, pero al mismo tiempo de mayor vulnerabilidad, por lo que se requiere especial protección y cuidado.

Los cambios corporales y psicológicos maternos, una adaptación para la vida: en el proceso se da aumento del tamaño del útero para albergar el feto, de las mamas que se preparan para la lactancia, del volumen sanguíneo para facilitar la nutrición fetal y de las curvaturas de la columna vertebral para un mejor equilibrio y sostenimiento corporal.

Otros cambios son: somnolencia; aumento de la frecuencia respiratoria y de las pulsaciones; cambios emocionales; preocupación por la salud de la madre y del hijo y por las necesarias adaptaciones familiares y laborales. 

La actividad física, mental y sexual, facilitadoras del proceso de gestación y del parto: mantener la actividad corporal, hacer caminatas moderadas y gimnasia prenatal son actividades recomendables. La lectura, especialmente la que orienta sobre el proceso y la actividad intelectual en general, son favorecedoras de la aceptación y adaptación de la gestación.

Las relaciones de pareja y, en particular, las relaciones sexuales as y con afecto, pueden mantenerse durante toda la gestación, siempre y cuando no haya sangrado ni alguna contraindicación específica. El apoyo del compañero es básico en todo el proceso de gestación.

La vacuna contra el tétanos, los exámenes de laboratorio y la ecografía prenatal, buenos aliados de la salud: la vacunación con toxoide tetánico durante la gestación evita el el tétanos puerperal y el tétanos del recién nacido. En todas las gestaciones, la mujer debe tener estudios como la ecografía y exámenes de laboratorio. con el fin de  buscar y, si es del caso, tratar enfermedades como sífilis, rubéola, toxoplasmosis, sida, anemia e infecciones vaginales y urinarias, entre otras.

La detección y tratamiento oportuno de enfermedades asociadas con la gestación evitará muchas dificultades y lesiones a veces irreparables para el niño y para la madre. 

La evitación al máximo de los medicamentos, el cigarrillo, el alcohol y otros tóxicos, medida preventiva eficaz: cualquier medicamento es potencialmente tóxico para el organismo humano, aun más en el periodo gestacional. Sólo se deben aceptar aquellos prescritos por el médico, previa evaluación personal.

El cigarrillo provoca disminución del calibre de los vasos sanguíneos y puede ser la causa de niños de bajo peso. El alcohol podría ocasionar malformaciones congénitas. Las drogas alucinógenas y otros tóxicos pueden provocar múltiples trastornos en el recién nacido. 

Asistencia a la consulta prenatal, derecho y obligación para madre e hijo: el control periódico del proceso de gestación es altamente conveniente; oportunamente se detectan los riesgos y enfermedades y se dan las recomendaciones para mantener la salud y el bienestar.

Todas las mujeres gestantes tienen derecho a atención gratuita institucional. Idealmente, la consulta se debe solicitar antes de la concepción; si esto no se hizo, se debe hacer lo más rápidamente posible al detectar los primeros indicios de gestación

Preparación para el parto y el cuidado del recién nacido, conveniencia para la madre, el hijo y la familia: la preparación para el parto incluye aspectos biológicos, psicológicos, familiares, laborales, económicos y sociales. Es necesario tener clara la fecha probable del parto, considerando que normalmente se puede adelantar o atrasar una a dos semanas. Además, se debe tener seleccionada la institución y ojalá el médico que atenderá, anotando la dirección y teléfono, así como mantener preparado el maletín con los elementos personales indispensables y el ajuar para el niño o niña.

Recomendaciones

  • Planifique cuidadosamente, como pareja, la concepción y nacimiento de los hijos.
  • Ante el primer indicio de gestación, consulte al médico o institución de salud.
  • Participe activamente en el programa de acompañamiento a la familia gestante, con inclusión del esposo o compañero y de otros miembros de la familia.
  • Prepárese física, mental y socialmente para la gestación y el parto.
  • Cuide su alimentación, analice sus actividades y evite enfermedades y lesiones.
  • Aprenda a reconocer los síntomas y signos de alarma.
  • Planee y organice con su esposo o compañero el proceso del parto.
  • Establezca desde los primeros minutos de vida extrauterina una cercanía física y afectuosa con su hijo o hija, pero no desplace a su esposo o compañero: permítale vincularse intensamente en la crianza.
  • Piense y programe su tiempo para el posparto, en forma tal que pueda amamantar y cuidar afectuosamente al recién nacido.
  • Prepárense en familia para una crianza humanizada y feliz.
  • Desde el nacimiento y durante toda la vida, construya y reconstruya cotidianamente las metas del desarrollo: autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud, para tejer más fácilmente resiliencia.

LECTURAS RECOMENDADAS

Arcila C, Balcázar M, Bernal S et al (Fundación Antonio Restrepo Barco, Instituto de desarrollo infantil). La gestación humana, una mirada integral. Santafé de Bogotá: Panamericana Formas e Impresos; 1998.

Palacio M. Maternidad Saludable. Bogotá: OPS/OMS; 1998.

Posada Á, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. 3ª ed. Bogotá: Editorial Médica Panamericana; 2004.

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